Habrá una visión muy distinta de todo en el lecho de muerte. Debe verse con mayor lucidez, la verdad se revela más clara y pura. De otra manera, no concibo esas reflexiones, tan certeras y atinadas que Addie Bundren hace de la vida, de la suya y la de su familia.
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. ¿Quién es Addie Bundren? Se preguntarán. A ella puede descubrírsele junto con otros muy enigmáticos personajes en Mientras agonizo. Ésta es considerada una de las máximas obras concebidas por la literatura norteamericana. No podría ser para menos, es del “monstruo” de la literatura americana: William Faulkner.
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. El mismo Faulkner se enorgullecía diciendo que había escrito la novela en sólo seis semanas y sin ninguna revisión o corrección. ¡Mentira! Éste confesó después que era sólo un mito alrededor de la ya legendaria) novela; quizá el ego y arrogancia del gran escritor dejaron que fluyera el rumor.
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. Monólogos, unos tras otros y de diferentes personajes, es así como se narra, sin tropiezos, la espléndida obra, la homérica travesía. Addie Bundren, antigua maestra de escuela, yace agonizante mientras sus hijos y su marido aguardan el momento de su muerte y se disponen a cumplir su voluntad de ser enterrada en el cementerio de Jefferson, a más de sesenta kilómetros de distancia, junto a sus antepasados.
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. La narración de las peripecias que corren los pobres e ignorantes miembros de la familia Bundren cuenta el extraño y accidentado traslado del cadáver en carreta tirada por mulas y da pie a William Faulkner para levantar en las páginas de Mientras agonizo una de sus novelas más ricas. Sirviéndose del monólogo interior de los personajes, crea una historia circular, permitida por los pensamientos de todos y cada uno de los narradores. Cual una piedra tallada, va reflejando, según la faceta a través de la cual apreciamos su unidad, los infinitos claroscuros de la naturaleza humana.
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. Nos hallamos frente a la belleza descomunal de las letras La maestría que se desborda en las páginas se ve en los detalles de cada escena, los pensamientos profundos, las facciones y gestos de cada miembro de la familia y su aterradora inocencia.
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. No es fácil leer a Faulkner. La novela está compuesta con la técnica del perspectivismo: ahora habla Darl, ahora Jewell, y cada uno ve la fiesta según la baila. No es un procedimiento que distraiga, muy al contrario sirve para penetrar en los desaguisados interiores de cada uno. Las primeras páginas son desconcertantes, ya que el lector no sabe quién es quién y cuál es el parentesco, ya entrará cómodamente cuando menos se lo espere.
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. Al final esa comodidad se ve perturbada, al igual que nuestro aparato ideológico, porque hemos descubierto la parte más despreciable del hombre, así como la envidia inherente a la esencia humana.
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