Miedos INNjustificados

"Reynosa es una ciudad segura. No pasa nada ni pasará nada. Sigan su vida normal. Nosotros somos parte de Tamaulipas y no nos metemos con los ciudadanos civiles. Atte: CDG". Cordiales invitaciones como ésta pueden leerse lo mismo en una plaza pública, que por un mensaje en cualquier red social. El remitente: el Cártel del Golfo que, en su lucha contra los Zetas por apoderarse de esta plaza fronteriza, ha sumergido a ciudades como Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros en el miedo e incertidumbre.
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. No pretendo escribir sobre narcotráfico. Suficiente nos dicen a diario los titulares de los periódicos y las fuentes gubernamentales (lástima que hasta el momento no exista una herramienta para enfatizar el sarcasmo en Blogger). Hay algo mucho más cercano e inquietante que las cifras y detenciones. Se trata de las redes sociales, Twitter, FaceBook y YouTube como mecanismos de comunicación ciudadana, que proporcionando información fidedigna o no, tienen un impacto inmediato en la percpeción de la inseguridad en poblaciones donde no hay más ley que la del crimen.
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. Para las autoridades se trata de sicosis, paranoia o miedos infundamentados. Si surge un tweet en forma de advertencia para que tal o cual día los ciudadanos no salgan a las calles, pues habrá un enfrentamiento entre las bandas criminales, no hay que hacer tanto caso... podría ser falsa. ¿Cómo saberlo? ¿Es necesario esperar hasta que se escuchen las ráfagas, balazos y explosiones para decidir si se continúa o nos con las actividades "cotidianas"? En el dilema hay poca indecisión. Se opta por lo seguro, por aguardar en casa mientras se ajustan cuentas en las calles.

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. En días pasados mi camarada y amigo Ángel Suárez escribió sobre las capacidades de discernimiento de información que los usuarios de la Internet deben poseer. Pero fenómenos como el aquí tratado imposibilitan calificar un mensaje como confiable o no, a una fuente como veraz o desdeñable. No queda más que hacer un voto de fe ciego. No vale la pena averiguar la procedencia de la información, pues seguramente el mensaje llegará a la mayoría de la población y la ciudad lucirá vacía, cediendo las avenidas y plazas públicas como campos de batalla para los cárteles.

. La red deja de ser un medio alternativo y se convierte en la única vía para reflejar el miedo de los ciudadanos, denunciar el desgobierno y tener voz ante el silencio obligado de los periodistas. Lo que para la gente común es un peligro latente, para las autoridades no son más que posibles bromas o expresiones de paranoia que intentan desacreditar su trabajo. De cualquier forma, si en verdad ocurriera algo, el crimen organizado se tomará la molestia de avisar amablemente a los habitantes para que se encierren en sus domicilios y no se les ocurra asomar siquiera la nariz.