El Museo de la Ciudad de México exhibe la exposición de Pierre Soulages; llama tu atención que la anuncien hasta en el Metro “ha de estar buena”, piensas, así que acudes en cuanto tienes la oportunidad.
.
. Llegas al Museo y después de pagar tus veintidós pesos (de haber traído tu credencial de estudiante te habrían cobrado la mitad), inicias el recorrido. Primero recorres unas salas donde se muestra la historia de la Ciudad de México, desde su fundación, hasta el siglo pasado; luego una donde hay dibujos psicodélicos, se titula Draw.
.
. Ya en la parte alta del museo llegas a la exposición que te interesaba. Tus expectativas son amplias, pues te han dicho que Soulages es uno de los principales pintores franceses actualmente vivos. Cuando entras a la sala con piso de duela, te das cuenta que no hay mucha gente, es más, tus pasos hacen eco dentro de aquel espacio.
.
. Recorres dos salas semidesiertas, te das cuenta que no están completamente solas, porque de repente aparece un guardia del museo, que te advierte: “no se pueden tomar fotos”, así que guardas tu celular de inmediato.
.
. Mientras avanzas sientes mucho frío, en el piso hay un canal que deja escapar aire casi helado, como si estuvieras en la cima del Nevado de Toluca. Por curiosidad te acercas a ver uno de los medidores de temperatura de la sala; marca 19.5 grados centígrados, luego 20, otra vez 19.5 y así sigue. “Si ni está tan frío”, piensas, pero tu cuerpo se siente en La era del hielo.
.
. Por más que te esfuerzas, no logras comprender aquellas pinturas; no eres un experto en arte, aunque tampoco el tema te es ajeno. No sabes cómo describir lo que ves, hasta que escuchas voces de una pareja que llega a la sala en la que te encuentras; ella dice: “pero si son puras rayas”, coincides totalmente.
.
. Se trata de pinturas en las cuales, en efecto, aparecen líneas, muchas de ellas con texturas y volumen. El color negro predomina. Mueve algo dentro de ti; si ese es el objetivo del arte, lo ha conseguido. Las salas restantes son similares: pinturas que cubren la pared casi en su totalidad, cada una más abstracta que la anterior.
.
. Buscas respuestas a las interrogantes que inundan tu mente después de recorrer todas las salas y observar aquellas pinturas, crees enconarlas en un video que ese exhibe sobre Soulages, en la última sala, pero te deja más confundido, y así sales del museo; tratas de responder una interrogante inquietante: ¿es arte o puras rayas?
.
. Llegas al Museo y después de pagar tus veintidós pesos (de haber traído tu credencial de estudiante te habrían cobrado la mitad), inicias el recorrido. Primero recorres unas salas donde se muestra la historia de la Ciudad de México, desde su fundación, hasta el siglo pasado; luego una donde hay dibujos psicodélicos, se titula Draw.
.
. Ya en la parte alta del museo llegas a la exposición que te interesaba. Tus expectativas son amplias, pues te han dicho que Soulages es uno de los principales pintores franceses actualmente vivos. Cuando entras a la sala con piso de duela, te das cuenta que no hay mucha gente, es más, tus pasos hacen eco dentro de aquel espacio.
.
. Recorres dos salas semidesiertas, te das cuenta que no están completamente solas, porque de repente aparece un guardia del museo, que te advierte: “no se pueden tomar fotos”, así que guardas tu celular de inmediato.
.
. Mientras avanzas sientes mucho frío, en el piso hay un canal que deja escapar aire casi helado, como si estuvieras en la cima del Nevado de Toluca. Por curiosidad te acercas a ver uno de los medidores de temperatura de la sala; marca 19.5 grados centígrados, luego 20, otra vez 19.5 y así sigue. “Si ni está tan frío”, piensas, pero tu cuerpo se siente en La era del hielo.
.
. Por más que te esfuerzas, no logras comprender aquellas pinturas; no eres un experto en arte, aunque tampoco el tema te es ajeno. No sabes cómo describir lo que ves, hasta que escuchas voces de una pareja que llega a la sala en la que te encuentras; ella dice: “pero si son puras rayas”, coincides totalmente.
.
. Se trata de pinturas en las cuales, en efecto, aparecen líneas, muchas de ellas con texturas y volumen. El color negro predomina. Mueve algo dentro de ti; si ese es el objetivo del arte, lo ha conseguido. Las salas restantes son similares: pinturas que cubren la pared casi en su totalidad, cada una más abstracta que la anterior.
.
. Buscas respuestas a las interrogantes que inundan tu mente después de recorrer todas las salas y observar aquellas pinturas, crees enconarlas en un video que ese exhibe sobre Soulages, en la última sala, pero te deja más confundido, y así sales del museo; tratas de responder una interrogante inquietante: ¿es arte o puras rayas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario