Hoy estamos de manteles largos. ¿Por qué? ¡Por todo! Claro, mañana Burda seriedad cumple su primer año, pero si de cumplir años se trata, los Aniversarios con A mayúscula que celebramos en estas fechas son el centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México, el centenario de la Revolución Mexicana y (tal vez ha escuchado hablar sobre esto en algún momento en la tele) el bicentenario de la Independencia de México.
.
. El problema con cumplir centenas es que durante todo el año sentimos la imperiosa necesidad de relacionar todo con la celebración. Desde encuentros deportivos que de todos modos se hacen cada año (el Torneo Bicentenario, el Maratón del Bicentenario...) hasta acontecimientos únicos como la llegada de la obra de un pintor belga a Bellas Artes. Hasta cierto punto ya lo esperábamos, sabíamos que las palabras que más escucharíamos durante 2010 serían "en el marco de los festejos del Bicentenario..." y sabíamos que la mañana del 16 de septiembre sería una de las más contaminadas de nuestra historia después de Los Fuegos Artificiales del Bicentenario. Esperábamos exageraciones de todo tipo, desde telenovelas protagonizadas por actores de cine hasta el levantamiento de un coloso que, a decir de unos amigos, tiene toda la cara de Don Ramón.
.
. Pero llega el punto en el que la parafernalia se sale de control. Ahí está el Festival Olímpico Bicentenario celebrado este fin de semana. No hablemos de la asombrosa desorganización con que se realizó el evento, o de los 60 millones de pesos que se gastaron para montarlo, hablemos mejor de lo ridículo que es hacer un desfile deportivo (patrocinado por Ricolino, por cierto) para que un país de obesos y sedentarios festeje su independencia.
.
. Pero no quiero gastar más palabras en engrosar las kilométricas Quejas Contra el Bicentenario. Hablemos mejor de los 100 años de la Universidad. Un México en chiquito, la UNAM repite las formas de celebrar. Nos encontramos entonces con la Carrera Nocturna del Centenario, el Pumathón del Centenario, la Mega Ofrenda del Centenario...
.
. Por fortuna, a diferencia de lo que sucede en nuestro país, el primer siglo de la UNAM no pasó en vano. Podemos preciarnos de nuestra autonomía, de nuestra libertad de cátedra, de los investigadores que producimos, de los descubrimientos que hacemos, de la labor social que ha hecho la Universidad a lo largo de los años y de muchas otros logros. Sin embargo, una fecha como ésta debe ser motivo también para reflexionar sobre qué nos falta.
.
. Tenemos muchos problemas: conflictos sindicales, tasas de deserción y reprobación altas y tasas de titulación bajas, hay también problemas de cupo, de asignación presupuestal y aún no logramos sacudirnos el estigma de la huelga del 99. Como comunicólogo, también veo la gran desproporción entre el número de estudiantes de Ciencias de la Comunicación y el desaprovechamiento de uno de nuestros medios de difusión: TV UNAM.
.
. El Instituto Politécnico Nacional, escuela hermana, sin contar con carreras afines al periodismo y la producción audiovisual, realiza a través de Canal Once una labor magnífica de difusión cultural, divulgación científica, periodismo y producción original de entretenimiento. ¿Cómo es posible que TV UNAM, que se encuentra en la acera de enfrente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, no aproveche todos los recursos humanos y el potencial creativo que están, literalmente, cruzando la calle? ¿Cómo es posible que en la carrera nos hablen siempre de lo inhóspito que es ahora el campo laboral y no se haya aprovechado ese medio que tenemos a unos pasos?
.
. Tal vez en eso podríamos aprender de las universidades de la iniciativa privada: la visión empresarial, creo que se puede hacer mucho con lo que tenemos. La fuerza humana ahí está, el talento y la creatividad también.
.
. Lo dejo como reflexión, en el marco de los festejos del Centenario. Seguramente de cada carrera y de cada facultad alguien podría mencionar algún campo fertil que aún no ha sido explotado y que espera que alguna nueva generación coseche frutos en él. Mientras tanto, felicito a los autores de este blog por su cumpleaños colectivo, uno mucho más chiquito que el de nuestra alma máter y aún más chiquito que el de nuestro país. También agradezco a nuestros lectores por acompañarnos en cada publicación. Seguramente en este año hemos aprendido mucho a través de este proyecto y es igualmente cierto que todavía nos falta mucho por recorrer. Aprovechemos esta fecha de manteles largos para reflexionar cuáles son esas áreas que aún pueden mejorarse. Un abrazo a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario