La cocina y la historia

Por lo regular cuando se habla, se estudia, se cuestiona o se analiza la historia de un país o de un pueblo determinado, nos dejamos llevar por cuestiones políticas, económicas, religiosas y sociales; poniendo de lado algunos temas que nos podrían dar más cabida para una comprensión más amplia de la cuestión a investigar.

.

. Sucede lo mismo con los aspectos culturales: literatura, danza, teatro, artes plásticas, entre otros; sin demeritarles el crédito, pero podría asegurar, entre todos los aspectos anteriormente mencionados, quien tiene menos importancia y es la más ignorada de todas por varios científicos e investigadores es la cocina. Probablemente porque siempre ha sido del dominio de las mujeres, - y eso, se supone ha disminuido el machismo-, pero la historia ha sido contada por y para los hombres.

.

. No obstante hablar del pueblo chino, mexicano o francés, y no discutir de su gastronomía, me aventuraría a decir que sería un sacrilegio. Porque, ¿quién de nosotros no ha saboreado un delicioso chuep suey, caldo tlalpeño o un filete mignon? Sin duda, son platillos inventados para ir más allá de las fronteras, también de alguna forma tuvieron fama a nivel internacional, eso sí, fue muchísimo antes de la palabra, globalización, se expandiera a las distintas regiones del mundo.

.

. En todos los pueblos es muy obvio que hay historia, y si la hay debería de haber investigación, -me refiero a la culinaria-, porque no olvidemos que la pasta la introdujo Marco Polo en Italia, a su regreso de China en la segunda mitad del siglo XIII. Después de la llegada de Cortés a México, el pavo conquistó el paladar europeo, pero ¿qué hay de la papa? La papa salvó a Europa de las hambrunas que solían azotarla. Ah! Por supuesto no nos olvidemos del maravilloso grano blanco, el cual ha tenido un papel importante en la historia americana, ¡el maíz! No sólo como base alimentaria de los pueblos indígenas, sino en la formación de los mismos.

.

. Es bien sabido que los conquistadores (España) encontraron en el nuevo mundo (México) tanto especies animales como vegetales muy diferentes de las conocidas por ellos, llegaron algunos a pensar, que Dios había creado varios mundos. Entre los nuevos productos, se encontraban varias especies de frijoles, imaginaban, eran casi innumerables, pues los había de todos colores: amarillos, blancos y negros; colorados, grises, cuadrados, grandes y pequeños etc., son más de un ejemplo.

.

. Entonces podría decir, la cocina es la imagen doméstica de la cultura, llamándola así, me llevó a una reflexión proveniente de la práctica y el apetito, ya que va desde un poco de historia sobre la tradición de los productos básicos para nuestra identidad, o la de cualquier pueblo, hasta llegar a un lenguaje que nos es tan cotidiano, a veces no le prestamos la atención merecida. Así, se trata de una invitación a rescatar, a establecer opciones, para afirmar sólo un intervalo entre lo crudo y lo cocido, entre el cocinar y deleitar platillos. Pues queramos o no todos estamos dentro de esa enorme cocina diaria, a la cual pertenecemos.