domingo, 11 de octubre de 2009

Una reforma bien nombrada


Llena un globo con mucho confeti, ínflalo y después pínchalo con una aguja. Así, así, fue el Big Bang. Con esta actividad propone reforzar conocimientos el nuevo libro de texto gratuito de ciencias naturales para sexto año de primaria, primer paso de la Reforma Integral de Educación Básica, que amenaza con arrasar, página por página, con los mínimos avances que se han hecho en materia educativa.

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. A experimentos de a mentiritas como el anterior, que plantea una analogía errada entre la expulsión de aire de un globo y la expansión de gas en función de la temperatura, se aúnan nociones equívocas sobre las teorías evolutivas, la supresión de contenidos de genética y la historia de México, así como la desaparición de la píldora del día siguiente de la lista de métodos anticonceptivos. Con estas mejoras dejan de ser relevantes las evaluaciones de los niños en pruebas internacionales y cobra importancia un problema mayor: si ya de por sí sonamos matracas y trompetas sin saber bien a bien qué celebramos el 15 de septiembre, las futuras generaciones saldrán de la formación (¿o deformación?) básica con un amplio bagaje de información errónea sobre temas tan elementales como los orígenes de la vida y de su pasado. Ya no hablemos de las capacidades de análisis, síntesis y comprensión de lectura que difícilmente van a adquirir.
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. A la deficiencia de los libros de texto se suma una mayor, más peligrosa y poderosa, en la cual radica, insistiré siempre, el verdadero problema de la educación del país: la falta de aptitud pedagógica (eufemismo para falta de preparación, ineptitud y absoluta huequez mental) de los profesores. Por fortuna no me refiero a la totalidad de ellos, pero tampoco a la minoría. Un buen maestro es recordado, en parte, gracias al océano de incompetentes en donde se encuentra sumergido.
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. Podría pasar semanas citando ejemplos: la maestra de español que decía hicistes, la de primero de primaria que nos dejaba planas y planas de rayitas verticales sin jamás explicarnos que aquello que repetíamos con tanta dedicación era la letra “i”, el teacher de inglés que más bien dominaba el spanglish, todos los pedagogos que nos atormentaron con fines terapéuticos o la profesora de comunicación que me convenció de que la tele y el periódico, como no les puedo contestar, no comunican. Todos tenemos una colección de personajes similar, un anecdotario basado en sus singularidades y en la desventura de habérnoslos topado. ¿Qué futuro depara a la desprotegida niñez mexicana, que se prepara para enfrentar el mundo con libros escritos por analfabetas y maestros con capacidades intelectuales diferentes?
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. Lo poco que tienen que ofrecer maestros y libros de texto contrasta con el amplio vocabulario que se exige a los alumnos desde su ingreso a primaria: en el libro de texto de educación física para primer grado (sí, ya hay libro de texto para educación física) nos encontramos con vocablos como “corporeidad” y “motricidad”. Pero el resultado de esta extravagancia es nulo: uno al salir a la calle descubre en una señalización del metrobús la palabra “Washingtong” y suspira resignado.
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. Al final, nada de esto resulta sorprendente, para nadie es novedad que a las altas esferas no les causa pendiente alguno la educación mexicana; pero cuando los libros de texto proponen que la educación física consista en jugar trompo o cepillarse el cabello para levantar con el peine trocitos de papel ahí sí digo:“¡ya basta!”. Señores, hay límites. Hasta en un país donde Fox llegó a presidente, que la educación física se tome sentado es inaudito. ¡Con los problemas que tenemos en materia de salud! ¡Con lo mal que nos va en los juegos olímpicos! ¡Con lo jodido que está el deporte en México! El único acierto de esta reestructuración es su nombre: verdaderamente se trata de una reforma integral. Es, por todos los frentes, desde todos los ángulos, un golpe a la educación nacional.

3 comentarios:

  1. muy buen artículo, se agradece el que puedas ponerle palabras al pensamiento de muchas personas que concordamos con lo que escribes.

    te estamos leyendo por acá, saludos!!

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  2. excelente articulo, aunque deberian dar mas promocion al blog.

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  3. Desde su creación los libros de texto gratuitos en México no han hecho más que mal informar a la sociedad, lo peor de todo es que las personas que no alcanzan un nivel mayor en educación , se quedan con esas ideas y los que tenemos la fortuna de seguir adelante podemos darnos cuenta de tales infamias. Buen artículo Ángel.

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