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. Muy conocidas son las típicas calaveritas de azúcar o chocolate que se ponen en la ofrenda. Codiciadas por mí en la infancia, me hicieron acreedor de regaños: "no te las puedes comer sino hasta mañana" decía mi madre, ya que, según las tradiciones, los muertos vienen en la noche a consumir los alimentos. Pero ¿qué ilusión me puede hacer una claverita que ha pasado horas a la intemperie y se encuentra ocupada por un ejército de hormigas? Los húmedos tamales que se habían colocado sobre papel de china amanecieron secos y entintados ¿alguien será capaz de consumir eso? Después del debido reclamo mi familia optó por envolver los alimentos en plástico.
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. Otro delicioso placer brindado por esta celebración es el pan de muerto. A éste de plano no le favoreció el nombre en nada: mi mente me remite a un pan elaborado a base de cuerpos sin vida. ¿Lo imaginas? Y para reforzar la imagen, un día vi una nota en la TV donde decían que en un país lejano, para estas épocas hacen pan en forma de cabeza humana. Tengo una imaginación que vuela rápido y, ante el temor de encontrar restos de cerebro dentro del pan, preferí no consumirlo.
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. Al ingerir alimentos también interviene el olfato. Este sentido se me atrofia ante la sobredosis de copal. Si a esto le agregas que estás comiendo junto a un niño con sangre simulada escurriendo por la comisura, la escena es totalmente asquerosa.
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. Como dice el dicho: “las apariencias engañan” así que mi espíritu comelón pudo más que mis elucubraciones. Es por eso que cada año no resisto y me dejo llevar por los deliciosos sabores de los platillos del día de muertos.
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. Y para dejarse llevar aún más por el espíritu de estas fechas, una calavera a nuestro columnista del día: Juan Tototzintle..
MUERTE EN EL RIN
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Desde la tercera cuerda observaba
Juan Tototzintle la acción,
pero no se imaginaba
que acabaría en el panteón.
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Qué vueltas da la vida
para llevarte al infierno:
de dos a tres caídas
sin límite de tiempo.
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El Místico en el rin
emprendió la rápida huída
y de repente una silla
apagó de inmediato su vida.
Jajajaja. Tu artículo es la antítesis del mío jajajaja, casi un negativo. De todos modos me hizo reír. Lo del niño con sangre que escurre por la comisura jajajaja. Genial.
ResponderEliminarSi tienes razón la comida se seca y se hace fea. Pero al fin y a cabo es una tradición!!!!
ResponderEliminarolvide poner mi nombre jijiji Aurora
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