Resulta increíble cómo una simple hamburguesa te puede llevar a una amplia reflexión acerca del periodismo.
.
. Cuando descubrí Burger King, acudía con frecuencia, incluso, durante algún tiempo, iba al menos una vez por semana y me gustaba acudir a las diferentes sucursales (casi no repetía lugar), está por demás decir que probé todas las hamburguesas incluyendo las de los paquetes infantiles.
.
. No me había dado cuenta de la gravedad del asunto hasta que, la chica que me acompañaba una vez, me dijo: “Nunca había venido a Burger King antes de conocerte”. No supe si tomarlo como un halago o sentirme culpable.
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. Por un lado yo conocía los daños que la fast food le causa al organismo, si se consume de manera frecuente, pero por otro ya era fan del Combo Extreme. Lo único que atiné a hacer fue prestarle el documental Super Size Me, para que ella sacara sus propias conclusiones.
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. Ahora voy de manera esporádica y aunque puedo criticarlos con bases (el trato que dan a sus empleados y el valor nutrimental de su comida serían muy buenos temas), también sé que en algún momento mi sentido del gusto me exigirá ir por un combo.
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. No se si sea algo psicológico o algo químico, pero sólo basta con darle un par de mordidas a la hamburguesa para sentirte saciado y feliz, aunque al rato ya estés igual que antes de ingerirla.
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. Lo peor es que al cliente lo hacen sentir “como rey”, hasta con su slogan de “como tu quieras” y no queda de otra más que agradecerles y regresar pronto.
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. Podría criticar y con fundamentos a ese imperio de las hamburguesas, pero sigo comiendo allí algunas ocasiones, a pesar de haber visto Super Size Me varias veces.
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. Entonces, por un lado está el proporcionar a las personas las dos versiones de los hechos, para que con base en ello tomen sus propias decisiones, y por el otro está una interrogante que ronda en mi mente a cada rato:
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¿Hasta donde la actitud que tenemos como periodistas en formación es real y hasta donde sólo es una pose?
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. Por una parte como persona que pretende tener un acceso a los medios está el orientar a la gente para lograr el bien común, pero por otro se cae muchas veces en las mismas actitudes y vicios que se critican.
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. Las paradojas están presentes y como no hay una salida pronta a este asunto, el camino fácil es decir… ¡a la burger!
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. Cuando descubrí Burger King, acudía con frecuencia, incluso, durante algún tiempo, iba al menos una vez por semana y me gustaba acudir a las diferentes sucursales (casi no repetía lugar), está por demás decir que probé todas las hamburguesas incluyendo las de los paquetes infantiles.
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. No me había dado cuenta de la gravedad del asunto hasta que, la chica que me acompañaba una vez, me dijo: “Nunca había venido a Burger King antes de conocerte”. No supe si tomarlo como un halago o sentirme culpable.
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. Por un lado yo conocía los daños que la fast food le causa al organismo, si se consume de manera frecuente, pero por otro ya era fan del Combo Extreme. Lo único que atiné a hacer fue prestarle el documental Super Size Me, para que ella sacara sus propias conclusiones.
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. Ahora voy de manera esporádica y aunque puedo criticarlos con bases (el trato que dan a sus empleados y el valor nutrimental de su comida serían muy buenos temas), también sé que en algún momento mi sentido del gusto me exigirá ir por un combo.
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. No se si sea algo psicológico o algo químico, pero sólo basta con darle un par de mordidas a la hamburguesa para sentirte saciado y feliz, aunque al rato ya estés igual que antes de ingerirla.
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. Lo peor es que al cliente lo hacen sentir “como rey”, hasta con su slogan de “como tu quieras” y no queda de otra más que agradecerles y regresar pronto.
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. Podría criticar y con fundamentos a ese imperio de las hamburguesas, pero sigo comiendo allí algunas ocasiones, a pesar de haber visto Super Size Me varias veces.
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. Entonces, por un lado está el proporcionar a las personas las dos versiones de los hechos, para que con base en ello tomen sus propias decisiones, y por el otro está una interrogante que ronda en mi mente a cada rato:
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¿Hasta donde la actitud que tenemos como periodistas en formación es real y hasta donde sólo es una pose?
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. Por una parte como persona que pretende tener un acceso a los medios está el orientar a la gente para lograr el bien común, pero por otro se cae muchas veces en las mismas actitudes y vicios que se critican.
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. Las paradojas están presentes y como no hay una salida pronta a este asunto, el camino fácil es decir… ¡a la burger!
Señor Juan, faltó redondearlo, pienso que el tema da para más. La verdad me perdí, no supe a dónde querías llegar.
ResponderEliminarFCPyS