viernes, 6 de mayo de 2011

Quinceañeras invaden la ciudad



La ciudad era completamente de ellas, aunque fuera sólo por un día; las hicieron sentir como princesas y estaban felices. Tuvieron fiesta de XV años y el recinto fue uno de los máximos de México: el Auditorio Nacional. Algunas más que “quinceañeras”, se definían como “mujeres jóvenes, mujeres con derechos”.

El Gobierno del Distrito Federal, a través de su Instituto de la Juventud hizo posible el festejo para 407 quinceañeras la mayoría de la Ciudad de México, pero también había chicas de otros estados, una por cada entidad federativa de la República Mexicana y una más de la ciudad de Nueva York.

El sábado 30 de abril desde las nueve de la mañana las jóvenes fueron maquilladas y peinadas; a las once algunas tuvieron desayunos con sus respectivos jefes delegacionales. A partir del mediodía comenzó la lluvia de quinceañeras por el Centro Histórico de la ciudad capital. Hubo toma de fotografías en lugares emblemáticos como la Jefatura de Gobierno, el Palacio Postal y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Las festejadas tomaron un refrigerio, pues todavía les esperaban varias actividades más. Luego realizaron una caminata por la calle de Madero y continuaron las fotografías en lugares representativos de la capital: el Palacio de Bellas Artes, el Monumento a la Revolución y el Ángel de la Independencia.


Dos limusinas, cuatro turibuses y doce autobuses de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) de última generación fueron los carruajes que transportaron a las damas al Auditorio Nacional. En la explanada ya eran esperadas por sus familiares y había arreglos florales para cada una de ellas. Sobre las escalinatas del inmueble hubo otra toma de fotografía y posteriormente las chicas de vestidos multicolores fueron ingresando al recinto entre gritos de emoción y porras que se hacían ellas mismas.

Mientras tanto, Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno capitalino arribaba al interior del Auditorio escoltado por una quinceañera de cada lado. Tomó su lugar al centro en la fila de hasta adelante y allí permaneció atento a las actividades.

A las siete de la noche con veinte minutos, sobre el escenario comenzó el tradicional vals; las chicas estaban divididas en grupos y de esta forma fue como todas pudieron bailar alguna de las distintas piezas presentadas: El increíble castillo vagabundo de Joe Hisaishi; Nueva Viena de Strauss y Valse des Patineurs de Anré Rieú eran los valses. Bad Romance de Lady Gaga y I Gotta Feeling de los Black Eyed Peas fueron los bailes modernos.

Además hubo un baile especial para una festejada con discapacidad motriz, lo cual no fue impedimento para que, auxiliada por chambelanes y un par de muletas, pudiera realizarlo. Hubo también participaciones musicales donde una festejada tocó con violín Historia de amor y una más cantó Tiempo de vals.

Luego vinieron las palabras de la quinceañera del estado de Chihuahua, quien agradeció al gobierno del D.F. por el festejo; “es un sueño para nosotras”, señaló, y expresó la necesidad que en todo México se creen institutos de la juventud que apliquen programas sociales como los que realiza el del Distrito Federal.


También una festejada habló a nombre de las quinceañeras de la Ciudad de México. Reconoció el apoyo del gobierno pues como los de ella, “a los familiares de la mayoría les hubiera gustado hacernos una fiesta y entendemos por qué no se pudo”. La mayor parte de las festejadas provenían de familias con bajos recursos económicos, o carentes de padre o madre.

Marcelo Ebrard enfatizó: “Lo que necesitamos en este país es apostar por los jóvenes”; las palabras del Jefe de Gobierno despertaban simpatía entre los presentes, prosiguió: “si alguien no tiene posibilidades para hacer una fiesta de XV años, le corresponde al Estado y a la sociedad que puedan tener su fiesta”. El mandatario capitalino continuó su discurso con un “porque todos valemos lo mismo”; concluyó con un pronunciamiento por un mayor acceso a educación, entretenimiento y cultura, pues de esta forma “será mejor la vida de todos”. Posteriormente en compañía de una de las festejadas partió el pastel de colores blanco con rosa y luego se tomó fotografías con todas reunidas en grupo.


Quinceañeras y chambelanes recibirían una tarjeta Red Ángel, con la que se tiene acceso a distintos programas sociales y entre otras cosas incluye el ingreso gratuito a metro y tren ligero. Descendieron poco a poco del escenario, mientras de fondo se escuchaba una canción que repetía una y otra vez “Todos tenemos derechos, todos merecemos respeto”.

El escenario quedó libre para la participación de Séptimo, un joven rapero que interpretó un par de canciones dedicas a las quinceañeras. A las nueve y cuarto de la noche aparecieron Los Estrambóticos para deleitar a festejadas e invitados con canciones como Peter Punk y Mounstrillo, al tiempo que las chicas perdían el glamour para integrarse al slam muchas de ellas ya con cambio de ropa, algunas más sin importar que todavía portaran sus vestidos.

El grupo Vlush fue abucheado e incluso le lazaron bolas de papel; tuvo que bajar del escenario luego de realizar un play back tan mal hecho que todos se dieron cuenta de la farsa. Sólo pudieron “ejecutar” una canción.

Por último vino la presentación del grupo La Lupita, quienes generaron aún más slam y ambiente que sus predecesores. Las muestras de júbilo no se hicieron esperar. La dosis musical concluyó a las diez y media de la noche. Muchas aún tenían energías para continuar su celebración y así lo hicieron, mezclando su feminidad con toda su energía juvenil. La ciudad aún les pertenecía.

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