domingo, 18 de octubre de 2009

¿Por qué México no ganaba?


La selección mexicana de futbol ha venido de menos a más desde el término del mundial de Alemania 2006, cuando el argentino Ricardo La Volpe dirigía a la escuadra nacional. Al concluir cada Copa del Mundo, las selecciones de la mayoría de los países suelen quedarse sin entrenador, tal y como ocurrió con México; por ello los dirigentes de la Federación Mexicana de Futbol decidieron que el “pentapichichi”, Hugo Sánchez, sería el elegido para sustituir a La Volpe. Todo iba por buen camino y los aficionados estaban esperanzados de ver una mejoría en el equipo tricolor. Desafortunadamente no fue así.
. Hugo Sánchez, el único futbolista mexicano hasta ese entonces triunfador en un equipo de tradición europea como lo es el Real Madrid, esta vez no brilló. ¿Cómo sucedió esto si el señor siempre se ha caracterizado por tener mente ganadora y cumplir lo que se propone? Tal vez su egocentrismo colmó la paciencia de los jugadores, a quienes les atribuyo la responsabilidad de los fracasos de la selección. Como buenos mexicanos, los futbolistas probablemente no aceptaban consejos de su entrenador; semejante a cuando un niño se hace oídos sordos ante los regaños de sus padres. Parafraseando a López Obrador, eso fue un “compló”, pues no puedo explicarme de otra manera cómo México no ganaba un solo partido si era cuando más futbolistas tenía en las filas de las mejores ligas fuera de nuestro país. Los jugadores se ponían de acuerdo para no ganar y dejar en ridículo a su director técnico, quien siempre se distinguió por hablar de más en las conferencias de prensa. Hugo Sánchez fue despedido.
. Qué decir de la época cuando el sueco Sven-Goran Eriksson dirigió a la selección mexicana. Es cierto que el señor fue entrenador del representativo inglés, pero eso no le garantizó un buen papel como estratega nacional; sin embargo, de nueva cuenta los dueños del futbol en México se dejaron llevar por los flashazos y pagaron una millonada para contratarlo. Pero ¡oh sorpresa! Además de que en ningún momento vi jugar bien al equipo de todos, Eriksson se dedicó a poner a los delanteros de defensas y viceversa; no obstante eso no fue lo peor; el señor tuvo el cinismo de confesar, después de contratado, su desconocimiento del balompié nacional, así que se dedicaría a observar y observar… y observar jugadores. Los federativos creyeron que, por arte de magia, el modo jugar el futbol cambiaría.
. Después de mucha polémica, Javier Aguirre, quien entrenaba al Atlético de Madrid, tomó las riendas de la selección nacional el 16 de abril de 2009, y en el poco tiempo al mando es notable la mejoría en la forma de juego y, sobre todo, en la actitud de los futbolistas. Hoy es tiempo de cambio y cada vez me convenzo más de que México puede no ser el conjunto mejor posicionado en el ranking de la Federación Internacional de Futbol Asociación, FIFA, pero por lo menos ha cambiado los juicios y valoraciones de la afición para con él. ¿Qué ha hecho para lograr esto? Fácil: hacer su trabajo.
. Hasta antes de Aguirre, los llamados “europeos”, jugadores mexicanos que militan en equipos extranjeros, a su llegada a nuestro país se convertían en estrellas de Hollywood y, por lo tanto, se creían indispensables para el equipo. Tal vez pensaban “¿cómo no voy a jugar si vengo desde Europa?” Error señores. No importa si son parte del Barcelona de España o del PSV de Holanda, como mexicano quiero ver buenas actuaciones de mi selección, qué importa si hay naturalizados, novatos o veteranos, estoy ávido de buen futbol.
. ¿Hace cuánto tiempo no veíamos jugar así al equipo tricolor? Es una realidad que con Javier Aguirre ha recobrado un poco del respeto perdido por las otras selecciones. Hoy más gente cree en su equipo, lo apoya, lo ve en la tele o va al estadio; se saben los nombres de los jugadores y compran sus playeras; los niños quieren ser como su jugador favorito y sus padres que lo sean; confían en quien cobra un penalti; partido tras partido cada vez más gente se convence del ascenso de su equipo.
. Estoy seguro de que la unión hace la fuerza. El binomio afición-selección puede dar resultados como el del sábado 10 de octubre de 2009, cuando se avanzó al torneo futbolístico más importante. Ganen o no el Mundial de Sudáfrica el año entrante, es lo de menos; lo importante es la clasificación. Sin embargo, no olvidemos que quienes jugarán son los propios futbolistas, no nosotros; quienes cobran son ellos, no los aficionados. No nos queda más que brindar nuestro apoyo incondicional y, con la única excepción de quienes apoyen a la selección en el continente africano, todos los demás no debemos gritar, como muchos lo han hecho, “nos vamos al mundial, nos vamos al mundial”, sino más bien: “Nosotros el mundial lo vemos desde acá”.
. ¡Hasta el siguiente lunes!


3 comentarios:

  1. El título no me convence, no lo considero apropiado, pues denota que a partir de entonces (la era Aguirre)la selección sólo sabrá de triunfos cuando la realidad es que el equipo nacional nunca se ha caracterizado por la consistencia en los resultados favorables, sino por chispasos o inspiraciones efímeras.

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  2. Pues esperemos que efectivamente este incremento en la productividad del equipo nacional mexicano sea para largo y que inspire en los jugadores y en la gente esa confianza y ese espíritu para con su selección. Buen texto. Sigue así.

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  3. El título a mi tampoco me convenció. Creo que antes de que un equipo de fútbol sea triunfador en los juegos que realiza primero cada uno de sus integrantes debería de mentalizarse como eso como "truinfador". Honestamente no creo que dependa de una sola persona que un equipo gane, es una cuestión de equipo y de actitud, hay que ponerse la camiseta. Además que más importa si ganen o pierdad ellos no dejan de cobrar!!!

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