Paradas en las esquinas contemplan la noche a la espera de solitarios. Ropa ajustada, falda tan alta que deja ver las nalgas. Buscan sacar provecho de su juventud y belleza. Nadie sabe qué las llevó a esta profesión; la pobreza, el abuso o simplemente el placer. Expertas en el arte de amar, muchas veces juegan también el rol de amiga, madre, consejera y hasta psicóloga.
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. Se dice que es el oficio más antiguo del mundo, pero de ninguna manera podría considerarse el más fácil. Su vida no es sencilla, es una carrera efímera, donde las ganancias se desvanecen con forme se caen los pechos, se arruga la piel y se desborda la carne.
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. Miseria, hambre, frío y olvido. A eso están condenadas las sexoservidoras cuya juventud ha pasado. Ellas, las prostitutas de la tercera edad, no tienen respaldo alguno. Sufren de una triple discriminación: de género, por generación y por su oficio.
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. Carmen Muñoz, fundadora de la casa Xochiquetzal, único refugio para sexoservidoras de la tercera edad, cuenta: “Muchas veces observé cómo pasaba la gente y desde sus carros les arrojaban botellas con orines, les gritaban insultos; vivimos experiencias terribles. Entonces me viene la idea de conseguir un lugar donde ellas pudieran pasar la noche cuando no tuvieran dinero para pagar un cuarto de hotel”.
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. La casa alberga alrededor de 30 mujeres, algunas aún prostitutas, y se mantiene por donaciones, aunque la idea de Carmen es no depender de la caridad, tiene pensado abrir una cocina económica para que Xochiquetzal alcance la autosuficiencia.
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. La labor de Carmen nos enseña que aun las personas con la peor reputación merecen tener un lugar donde pasar con dignidad los últimos años de su vida. Nos recuerda que todos tenemos los mismos derechos y en ese sentido somos iguales, merecedores de respeto, de ser tratados como humanos.
El titulo es para un cuento o algo así, sentí las caricias, me encanto."donde las ganancias se desvanecen con forme se caen los pechos, se arruga la piel y se desborda la carne." Bravo! bravo por esto!!
ResponderEliminarPero el final parece totalmente condescendiente.
Aunque el inicio no me gustó, porque empieza con una descripción ya antes hecha mil veces, y mejor, el texto me agradó porque a partir del tercer párrafo está muy bien escrito: me sorprende el hecho de que haya un albergue para prostitutas de la tercera edad, me atrae, me involucra, me llega.
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