lunes, 23 de noviembre de 2009

La fiesta brava...¿Arte o crueldad?


Queridos lectores, es un honor escribir para ustedes el último texto de la primera temporada de este blog. He elegido un tema controversial para que se queden con ganas de seguir leyendo; así que muy pronto regresaremos con más información, nuevos contenidos y nuevas opiniones. Por su tiempo, paciencia y críticas, MUCHAS GRACIAS.
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La polémica divide a quienes se pronuncian por una u otra opinión y se acentúa cuando surgen las sociedades protectoras de animales. Sin embargo, quienes están en contra de las corridas de toros carecen de argumentos suficientes para sustentar su posición, pues no van más allá de señalar que se martiriza al animal durante el evento para finalmente matarlo con crueldad.
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. Eduardo del Río, conocido caricaturista con el pseudónimo de Rius, asegura en su libro “Toros sí, toreros, no” (Grijalbo, 1991) que los toros son agredidos desde su llegada a la plaza de diferentes formas: untándoles vaselina en los ojos para nublarles la visión, poniéndoles algodón o estopa en las narices y garganta para dificultar su respiración, dejándoles caer tablones en los riñones, golpeándolos con sacos de arena para agotarlos, echándoles aguarrás en las patas para que les ardan tanto que no se esté quieto, y finalmente limándoles los cuernos para que sus puntas queden chatas.
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. Si se toma en cuenta en primer lugar el antitaurinismo de dicho autor (manifestado en el mismo libro) que lo llevó a consultar información en ese sentido, se entiende la tendencia de la publicación y lo poco creíble de lo que dice en el párrafo anterior. Sin duda hay mucho de imaginación y leyenda en sus afirmaciones. Contrario a esto, la crianza del toro de lidia no se parece a la de ningún otro animal que sirva para el consumo humano. Desde que nace es cuidado en su alimentación y entorno. Si pensamos al toro como un producto que elabora cuidadosamente una empresa, en este caso el ganadero, sería difícil entender que permitiera el mal manejo de su mercancía en detrimento de su prestigio y la calidad del astado que en consecuencia lo sacaría del mercado. El toro es uno de los muchos animales utilizados por el ser humano para su alimento y vestido. Aquí cabría preguntarse si los detractores de la fiesta consumen esos alimentos o esos artículos y si se abstienen de vestir y calzar prendas de piel de animal. Seguramente las respuestas vendrían antecedidas de una justificación.
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. ¿Que se humilla al toro? ¿Acaso no es humillación ver un perro de cualquier raza encerrado en un espacio que a juicio de su dueño es suficiente, con un collar, hasta llegar inclusive a la ridiculez de humanizarlos y ponerles un vestidito, un sombrerito, pintarles las uñas y peor aún “enseñarlos” a bailar y hacer cuanta gracia se les ocurre a sus “protectores” y ya no se diga cuando “humanamente” los castran y esterilizan? La limitada visión de los detractores del toreo les impide ver la actividad generada alrededor de este espectáculo y que no puede pasarse por alto, sobre todo si incide de manera importante en el contexto socioeconómico del país.
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. Los toros son una contribución a la economía nacional, no sólo en el aspecto inmediato de la corrida, sino también en lo referente a distintas instituciones, estratos sociales y personas en general. Tres elementos fundamentales intervienen en la economía del mundo taurino: las ganaderías, los toreros (matadores, novilleros y subalternos) y las empresas que gestionan las plazas de toros. A su alrededor, y no con menos importancia, intervienen también: las concesiones de los distintos servicios con la plaza antes, durante y después de la corrida; los gastos realizados por turistas y otros ciudadanos en torno al hecho en sí de la corrida; aquellos otros dependientes del mundo de la información (prensa y espectadores) o de las artes y la cultura y, por último e inevitable, los impuestos de cada uno de los anteriormente citados.
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. El ganadero cría reses bravas, hecho en el cual invierte no sólo el mantenimiento de las tierras dedicadas a los animales, sin importar la extensión de éstas, sino también el pago de los distintos asalariados de la finca (caporales, vaqueros, mayoral y otros empleados), de otros profesionales ajenos a la misma, pero cuyos servicios son imprescindibles (veterinarios, artesanos, braceros y operarios de máquinas, básculas, etc. sin olvidar a cuantos intervienen en los herraderos y tientas). Por último, realiza inversiones en maquinaria agrícola, alambradas, alimento del ganado y otros materiales precisos para la cría o explotación agrícola. Sus ingresos proceden de la lógica venta de los toros y novillos para la lidia, así como de la venta de ganado desechado para carnicerías y de los productos de la tierra.
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. Los toreros, tanto el matador como los subalternos, dan trabajo a sastres, quienes fabrican los útiles de torear, a chóferes, mozos de espada y, ¿cómo no?, al apoderado (representante) del primero. Reciben, lógicamente, a cambio de su trabajo, el matador el dinero que el apoderado ha acordado con la empresa, y los subalternos, según antigüedad, lo que cada cual haya pactado con éste. El empresario, por su parte, tiene los ingresos por taquilla y, en los últimos años, los añadidos por las retransmisiones de televisión (que aumentan también los ingresos de los toreros) y los pagos al ganadero y los toreros, en primer lugar, más el pago a todo el personal de plaza cuya enumeración es imposible, pero que incluye desde los alguacilillos hasta los matarifes del desolladero, areneros, carpinteros, albañiles y electricistas, mayoral de plaza, etc. Ganaderos, toreros y empresarios contribuyen, también, a la economía de los transportes, tanto por lo que ellos mismos generan (traslado de los toros, de las cuadras de caballos y mulillas, de los mismos toreros y otros profesionales) como por el transporte público y privado que el hecho de una corrida mueve en la ciudad y ciudades más o menos lejanas de donde se celebra.
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. Antes, durante y después de la corrida, los espectadores contribuyen a los ingresos de hoteles y restaurantes, asimismo, a los de los concesionarios de la plaza, almohadillas, bares, programa de actividades, etc. Igualmente, las carnicerías se nutren y comercian con la carne de las reses. Inclusive los dueños (y familiares) de los pequeños puestos de comida y artículos taurinos alrededor de la plaza se ven beneficiados cuando se celebra este espectáculo. Por último, periodistas, escritores, locutores de radio, fotógrafos, ilustradores, editoriales, periódicos, revistas, pintores, escultores, músicos, entre otros, hallan en el mundo del toro recursos e ingresos profesionales nada desdeñables. No se puede dejar de señalar, la generosidad, tantísimas veces demostrada, del mundo del toro en su contribución a causas de beneficencia, ya sea pública o privada.
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. En cuanto al indiscutible arte de la tauromaquia hablan por sí solos los artistas, quienes en sus diferentes disciplinas han plasmado, dibujado o mencionado al toro y al torero. Goya, Picasso, Botero, Ernest Hemingway, Blasco Ibáñez y García Lorca son sólo algunos ejemplos, sin dejar a un lado a escultores, fotógrafos, periodistas y músicos que han sabido hacer de su profesión un arte ligada al mundo taurino.
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. Con lo anterior deducimos que torear es como pintar, escribir, esculpir, etc., un arte plagada de destellos de esteticismo, de elegancia y de parsimonia.
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. ¿Usted qué opina?


3 comentarios:

  1. Me agradó mucho tu texto porque tus argumentos son sólidos, indispensables para tratar un tema tan controversial como éste.

    Estoy de acuerdo en que para opinar al respecto resulta fundamental conocer este mundo de cerca y hacer a un lado tabues o prejuicios que no nos permiten ver más allá de lo que se nos dice, pues como lo mencionas incluso los detractores resultan beneficiados con la actividad taurina.

    No me pronunciaré ni a favor ni en contra, simplemente es algo que no llama mi atención; sin embargo, lo que sí ha llamado mi atención durante estos últimos meses es su blog. A pesar de que los deportes no son mi fuerte aprendí mucho, me agradó leerte, espero que continúes así y que haya más publicaciones de tu columna. ¡Mucha suerte y felicidades!

    Fernanda Martínez

    P.d. Los invito a que visiten y comenten el blog en donde escribo http://yoopinocho.blogspot.com/

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  2. Uy compañero, en esta ocasión no estoy de acuerdo con usted.
    Ya sabes que a mi no me gusta la diversión con el maltrato a los animales, además existen otras maneras de obtener economía sin dañar a otros, sólo porque tenemos el poder sobre ellos se hacene ste tipo de cosas, por eso yo prefiero el box y esos deportes pues lo hacen con sus iguales y porque quieren.
    Odio las peleas de perros, corridas de toros etc....
    Pero bueno en fin
    At. Gis

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  3. Que onda, pues me gusto mucho tu trabajo de investigar y leer, y dar el punto de vista economico de tal actividad taurina, eso debo respetartelo, pero estoy muy en desacuerdo.

    No por què dejen dinero y trabajo a tanta gente es bueno, eso sòlo es benefico para el humano, no para los animales, que .. què culpa tienen de la ambicion del la gente?

    Si lo ves asì, el narco, la trata de blancas y otras actividades dan igual de cuantiosas ganacias y no por eso son un arte. Y no necesariamente toda esa gente defractora, utiliza productos o pieles de toros entre otras.

    En fin, debo aadmitir que es un brune trabajo, es solida tu argumentaciòn, pero se refiere solo al aldo economico y "artistico" que es muuy muy subjetivo. Cudiate, te leere màs adelante :)

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