Muchos de nosotros no creemos del todo en la teoría creacionista, ni mucho menos en lo que de ella se deriva, sin embargo, la “semana santa”, como es conocida por la mayoría, favorece a quienes como yo pertenecemos a una institución educativa.
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. En verdad no comprendo a la gente que se dice católica, y sobre todo, fiel adoradora de Jesús. Hasta donde yo conozco, durante la “semana santa” se supone que Jesucristo sufrió por todos nosotros, siendo apaleado y golpeado hasta la saciedad por los romanos, quienes lo creían loco.
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. Es realmente contradictorio ver a la gente “devota a la religión” yéndose de vacaciones a las playas que se adornan con el sol de primavera característico de nuestro país (una verdadera tentación). Si Jesús, suponiendo que alguna vez existió, estuviera hoy en la Tierra, seguramente nos catalogaría como “malagradecidos”.
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. Pero qué importa todo esto, al Diablo con Jesús, de todos modos estoy muy cansado, me he desvelado y lo único que quiero hacer es desestresarme, justo como ocurrió la “semana santa” de hace un año, ¡bendita ella!
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. Para empezar, aproveché desde el sábado para festejar mi cumpleaños en compañía de mis seres queridos. En la tarde fui a comer, y en la noche a un bar. A partir del domingo y hasta el martes, me dispuse a hacer toda la tarea pendiente: la lectura de un libro, terminar de leer otro, un mapa conceptual, entre otras cosas.
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. El miércoles fue distinto, mi novia, a pesar de vivir lejos de mi casa, fue a visitarme y pasamos la tarde juntos jugando basquetbol, el deporte que más me agrada.
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. Al inicio de las vacaciones mi familia y yo habíamos planeado ir a San Miguel de Allende, Guanajuato. Sin embargo, debido a ciertas dificultades ya no pudimos, por lo que el jueves en la tarde partimos a Toluca con el fin de visitar a una hermana de mi mamá, es decir, a mi tía. Reconozco que al principio aseguraba que el hecho de ir allá resultaría de lo más aburrido. No me imaginaba platicando con mi tía sobre cosas de señoras, o jugando con mis primos de 9 y 13 años al Turista Mundial. Afortunadamente (para mí) resultó todo lo contrario. Mi tía no me reveló sus secretos íntimos y mis primos estaban estrenando el Nintendo Wii, y aunque no soy adicto a los videojuegos, sirvió para pasar un buen rato.
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. El regreso a casa estaba planeado para el viernes en la noche, pero mi tía, pretextando que casi no convivimos, nos convenció de quedarnos hasta el otro día, antes de que ella partiera a Cuernavaca, a aprovechar su semanita de descanso.
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. El trayecto de vuelta a la Ciudad de México fue increíblemente rápido, pues hicimos 45 minutos desde Toluca hasta la terminal de Observatorio, lapso insignificante para alguien como yo que ha estado en un autobús casi un día completo.
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. El sábado, nuevamente en casa, lo utilicé para estar con mis amigos. Jugamos futbol, y después platicamos sobre nuestras merecidas vacaciones. Por último, el domingo sólo afiné detalles faltantes para el regreso a clases y llevé a mi mejor amigo a comprar un monitor para su computadora. En la noche de ese día nuevamente jugué futbol durante un largo rato, lo cual me provocó dolor muscular en todo el cuerpo.
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. Creo que con lo anterior queda ilustrado el porqué del título de este escrito, las vacaciones se me hicieron larguísimas.
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. En resumen, aquélla “semana santa” me ayudó para ponerme al corriente con las tareas, para descansar y olvidarme un poco de mis obligaciones y para estar con mis amigos, ya que desde el comienzo del semestre no había salido con ellos. A misa ya no fui, ya no me dio tiempo, ya será para la próxima.
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. ¿Y Jesús? Ah sí, pobre Jesús, ¡Cómo sufrió! ¿Verdad?
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. ¡Qué barbaridad! ¿o no?
Me gustan tus finales...
ResponderEliminarja, me gustó el final, nada más
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