¡Vaya problema de incompatibilidad! Miro hacia atrás analizando mi historia, evocando a esos delgados contenedores de música, como quien añora beber una coca-cola de un envase de vidrio, como anciano que solía abordar un tranvía, como alguien cuya referencia sobre videojuegos se limita a cierto plomero italiano. Sin embargo la remembranza termina súbitamente, los discos compactos siguen en circulación, siguen llenando las estanterías pero… ¡mi iPod no los reproduce!
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. Soy dueño de una gran colección de discos que poco a poco han sido bañados por un polvo de olvido, transportados a un estado de hibernación, invariablemente la practicidad de un archivo digital ha provocado tal descuido de mi parte. La tecnología como herramienta del progreso a relegado el cuerpo, el hardware, dejándonos únicamente el alma musical (software) para poder llevarse a todos lados con el mencionado reproductor.
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. El avance tecnológico siempre a dejado en su haber implicaciones negativas que con el tiempo se han ido obviando, aunque no por esto dejen de ser relevantes, como en este caso, donde la desaparición de un formato de almacenamiento no seria netamente una ventaja sino que dejaría fuera del juego otros factores, como el arte de dicho material y ese sentido tangible de posesión, a diferencia de lo virtual que el archivo digital implica.
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. Vislumbrar la descontinuación y eventual desaparición del disco compacto aun resulta bastante aventurado, aunque quizás estemos presenciando los últimos días de un formato bastante amistoso con el usuario. Son apenas unas cuantas décadas desde que esta herramienta hizo su aparición y ahora se encuentra en una situación precaria, estando relegada a un segundo plano gracias a los medios digitales donde la música ya no es medida por cajas compactas sino por bits de memoria.
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. Soy dueño de una gran colección de discos que poco a poco han sido bañados por un polvo de olvido, transportados a un estado de hibernación, invariablemente la practicidad de un archivo digital ha provocado tal descuido de mi parte. La tecnología como herramienta del progreso a relegado el cuerpo, el hardware, dejándonos únicamente el alma musical (software) para poder llevarse a todos lados con el mencionado reproductor.
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. El avance tecnológico siempre a dejado en su haber implicaciones negativas que con el tiempo se han ido obviando, aunque no por esto dejen de ser relevantes, como en este caso, donde la desaparición de un formato de almacenamiento no seria netamente una ventaja sino que dejaría fuera del juego otros factores, como el arte de dicho material y ese sentido tangible de posesión, a diferencia de lo virtual que el archivo digital implica.
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. Vislumbrar la descontinuación y eventual desaparición del disco compacto aun resulta bastante aventurado, aunque quizás estemos presenciando los últimos días de un formato bastante amistoso con el usuario. Son apenas unas cuantas décadas desde que esta herramienta hizo su aparición y ahora se encuentra en una situación precaria, estando relegada a un segundo plano gracias a los medios digitales donde la música ya no es medida por cajas compactas sino por bits de memoria.
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. La guerra de formatos en el mercado no es algo nuevo, se ha venido gestando a la par con el desarrollo tecnológico, sin embargo ahora esta apunto de derribar una barrera enorme, esta apunto de transportarnos a una era digital difícil de predecir. La música no estará mas contenida en un disco, ahora solo se encontrara en reproductores de archivos digitales, el disco será una pieza mas de museo como ahora lo es su antes popular reproductor portátil (Discman) quizás ahora solamente usado por vendedores ambulantes para “calar” los discos.
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. Mi iPod no reproduce discos compactos y definitivamente nunca lo hará.
Me pasa lo mismo, mi grabadora ya no reproduce bien los discos, creo que se le olvido cómo hacerlo...
ResponderEliminarSaludos!
->Anylú