Cómo hacer una película de crítica social sin caer el lugares comunes? Rigoberto Perezcano tiene la respuesta con su ópera prima de ficción Norteado. Con una mezcla bien llevada entre humor y situaciones reales, personajes entrañables (aunque no por ello arquetípicos), el filme logra evidenciar una realidad conocida por todos, pero tratada siempre desde una óptica maniqueísta y de victimización: la migración de connacionales a los Estados Unidos. Se trata de un drama sin drama, una historia como cualquier otra contada por pura curiosidad, vista por el mismo motivo, pero que al final, da cuenta de un fenómeno ya inherente a la sociedad mexicana.
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. La película sigue una línea narrativa lineal, por lo que recurre a otros elementos del lenguaje cinematográfico para imprimirle un estilo particular al discurso. Desde la secuencia de obertura, el manejo de cámara sugiere e invita al espectador a la intimidad con Andrés (Harold Torres), lo reta a seguir su travesía desde la sierra de Oaxaca e ir tras cada uno de sus pasos, detrás de él, de nuevo, por pura curiosidad.
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. Visualmente la cinta evidencia la inclinación documentalista de su director. No podía ser de otra forma si lo que se pretende es capturar el ambiente de la frontera en toda su crudeza. Mientras Andrés se encuentra en el desierto o cerca del muro fronterizo, abundan los planos abiertos y tomas “quemadas”. El resultado: la experiencia visual de desolación a la que se enfrentan los “mojados”, la inmensidad de un paisaje amenazante pero tentador, pues detrás de él hay más que un sueño, más que el tesoro al final del arcoíris.
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. La línea divisoria entre México y los Estates se convierte en el confín de los sueños y la realidad de Andrés. Resulta difícil ubicarlos al norte o al sur, pues Tijuana, lugar en el que se queda varado tras sus intentos fallidos por cruzar, es un imán que lo atrae con todo y sus dos polos: Ela (Alicia Laguna) y Cata (Sonia Couoh). Algunas veces lo embelesan, otras lo repelen, de cualquier forma, su fijación hacia él sólo podría ser por mera necesidad, pues ambas fueron abandonadas por sus esposos que también fueron tras el sueño americano y nunca volvieron por ellas. Puede que ambas vean en Andrés sólo una figura catártica, o que él sólo esté dispuesto a un amorío temporal pues carga con el remordimiento de su esposa e hijos que se quedaron en Oaxaca; cualquiera que sea la interpretación, la historia expone a la melancolía como moneda de cambio frente a la persecución de sueños y obsesiones.
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. Norteado se aparta del cine mexicano contemporáneo que en busca de proyección y aceptación como superproducción adopta fórmulas y clichés. Sus ambiciones son más cortas, pero también más profundas. Lo evidencia su clara tendencia a “festivalear”, como en Tesalónica, San Sebastián, Abu Dhabi, Los Ángeles, Bratislavia, Rotterdam y Toronto. Además de hacerlo con amplias expectativas de competir, pues ha ganado palmarés como Mejor Director en Tesalónica, la Perla Negra a Mejor Actriz a Sonia Couoh y Alicia Laguna en el Festival de Medio Oriente y el Premio de la Industria por la cadena TVE en San Sebastían.
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. Sin duda, la película logra retratar la cotidianidad del fenómeno de la migración, particularizándolo en Andrés, pero dotándolo de elementos de identificación con el público. Imposible no hacerlo al escuchar la música de Julio Preciado, Cornelio Reyna y Los relámpagos del Norte; al sentirse al igual que el protagonista en múltiples dilemas; cuando sabes que un muro se planta en frente para restregarte en dónde estés parado, al norte o al sur.
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Ficha técnica:
Norteado
Director: Rigoberto Perezcano
Producción: Edgar San Juan
Fotografía: Alejandro Cantú
Guión: Édgar San Juan y Rigoberto Perezcano
País: México-España
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Ficha técnica:
Norteado
Director: Rigoberto Perezcano
Producción: Edgar San Juan
Fotografía: Alejandro Cantú
Guión: Édgar San Juan y Rigoberto Perezcano
País: México-España
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