sábado, 3 de julio de 2010

La certidumbre de la duda

Mañana hay elecciones en casi medio país, eso ya todos lo saben. Fuimos testigos de las campañas con los métodos de siempre, las guerra sucias y el sacarse los trapitos al sol. Hubo de todo: promesas, las grabaciones, balazos... Todo con tal de meterle las manos al poder, de obtener una tajada aunque sea arrebatándosela a los otros. Muchas veces si siquiera se busca ganar, sino hacer que el contrario pierda..
. Detrás de la guerra sucia y las promesas, de la violencia y el miedo, no hay nada. Sólo la incertidumbre. ¿Qué distingue a un partido de otro, a un candidato de otro? Los colores, el rostro. Tal vez la historia. Los intereses de todos se parecen, tienen en común el que los ciudadanos no estamos incluidos en ellos.
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. Votar por quién, por qué. ¿Por tradición familiar? ¿Por convicción política? ¿Por obligación moral?
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. No votar, ¿funciona? ¿Pasa algo si no voy a la casilla, si dejo la boleta en blanco o la tacho toda?
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. La democracia no es ir a votar. Al menos no es sólo eso. Este país no es democrático porque los ciudadanos están limitados para participar del poder que de ellos emana sin pertenecer a un partido político. Ellos, los que ejercen ese poder, nos ignoran.
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. Aún el solo voto peligra. La gente siente que ninguna de las opciones es viable. Elegir al que cada uno considera "el menos peor" no es elegir. A veces ni siquiera eso se puede, porque no hay garantía de que las elecciones serán limpias.
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. Votar o no votar. Qué se puede hacer, qué se puede esperar. No lo sé. Yo sólo sé que no sé nada. Y esa triste certidumbre socrática se cierne sobre medio país. O tal vez sobre el país completo.

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