domingo, 17 de octubre de 2010

Los blogs y Burda Seriedad

Y dios creó el blog, y vio que era bueno.
Y creo entonces al escriblogro:
Un engendro emplumado,
a medio camino entre carne de psicoanálisis,
monólogo interior, y editorialista.
Jorge Harmodio
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Un blog es como meter una carta en una botella, y luego arrojarla al mar. La comparación, aunque cursi, vale, porque en un blog uno escribe con la esperanza de que será leído, pero puede ser que no. Lo más seguro es que el breve mensaje nunca llegue a nadie, y si lo hace, quién sabe si le importe.
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. Las posibilidades de la blogósfera parecen infinitas. Cualquiera puede empezar un blog, escribir sobre lo que sea, y publicarlo Internet. Mágicamente, lo que alguien postea puede verse desde cualquier parte del mundo con una conexión a la red. Es la locura: todos podemos ser emisores. El medio es mucho más accesible y democrático, las voces que participan en él se multiplican por miles. Pero, entre todo este griterío, ¿quién escucha a a quién?
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. Todo bloggero tiene un principio. Usualmente empieza a escribir lleno de ilusiones. Se esfuerza en crear un diseño agradable, piensa en sus lectores, le presume a sus amigos el precioso espacio que ha construido en internet con todo su empeño. El entusiasmo se acaba luego de algunas semanas. Las ideas se agotan, ya no parece una idea genial tener un blog. No cuando nadie te lee.
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. Para muchos bloggeros es un asunto cuantitativo: conseguir visitas, aumentar la cantidad de comentarios. Algunos resuelven ese problema de la siguiente manera: visitan otros blogs y dejan comentarios. El autor del otro blog probablemente verá el de quien le escribió, y lo comente. Pero esta labor debe ser constante: si no comentas tú primero, nadie pasa por tu blog.
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. Las ciberpublirrelaciones funcionan. He visto varios blogs de contenido insulso, plagados de comentarios, con los contadores de visitas a tope. Pero a mí esto de quedar bien con los demás me da flojera. No quiero tener que hacerle la barba a nadie para que me valore.
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. No con todos los blogs sucede así. Algunos son famosísimos, y su popularidad ha ido creciendo sin necesidad de lambisconería, ni publicidad, por la simple razón de que son buenos. Tienen calidad, y a la gente le gusta su contenido. Quienes los siguen, los recomiendan, y el gusto por ellos se extiende más allá de los confines de una ciudad, de un país, de una generación.
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. Tristemente, estos casos no son los más frecuentes. No se trata sólo de la calidad, también influyen los temas. La gente escribe de lo que le gusta e interesa, de lo que sabe, de lo que cree. Esto no necesariamente es compartido por los demás, y puede ser que aunque un blog tenga calidad a los demás no les importe.
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. Esta es la más dura lección que un blogger debe aprender: calidad no es igual a número de visitas, ni comentarios. Para sacar adelante un blog sin renunciar a él debido a la falta de estímulos externos, el autor de un blog debe tener una motivación más fuerte que el simple deseo de agradar a los demás.
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. Burda Seriedad empezó como un trabajo escolar. Las entradas eran la tarea. Terminó ese curso, y un año después el blog todavía sigue. Hay que ser sinceros: Burda no es el blog en boga, que está en boca de todos. Ni siquiera en el ámbito en el que se desenvuelven sus autores. Entonces, ¿por qué continúa?
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. Los que escriben lo hacen, no porque tengan la obligación de hacerlo, sino porque quieren aprovechar el espacio. Invierten tiempo en hacer de Burda Seriedad un proyecto más valioso e importante que una mera tarea escolar.
Lo que cada uno escribe (al lector le consta) es distinto, pero los une un mismo propósito: Tratar de escribir bien, de atraer al lector con un trabajo de calidad.
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. A menudo parece que nadie nos lee, pero no importa, porque en Burda Seriedad hacemos lo que nos gusta. Esto del periodismo es un vicio, y nos satisface escribir, aunque la botella flote sola, perdida en la inmensidad de la blogósfera.
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. Sí, parece que nadie nos lee, pero siempre hay alguien que lo hace, pese a que no deje comentarios ni dé muestras de su existencia. Y aunque sólo sea por la posibilidad de que alguien, alguna vez, nos lea, aunque sea accidentalmente, seguiremos esforzándonos en hacer de Burda Seriedad un blog que valga la pena ser leído.
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. Gracias a ti, lector, por estar con nosotros. Porque aunque no te manifiestes, los que colaboramos en Burda sabemos que estás ahí, y seguiremos haciendo lo posible por no perderte.

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