lunes, 1 de noviembre de 2010

Y mientras los muertos celebran, los vivos destruyen

Es tradición con los amigos que cursaron conmigo el bachillerato regresar casa año durante las ofrendas que se montan en el Colegio de Ciencias y Humanidades. El plantel, de noche, se viste de antorchas, papel picado y flores y se perfuma con copal y cempasúchil. Este año, por desgracia, no sólo los espírtus de nuestros antepasados siguieron el camino de pétalos naranjas hasta las puertas del CCH Oriente.
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. El acceso al plantel estaba controlado. A diferencia de como sucede en la mayoría de las ocasiones, los vigilantes pedían credencial para permitir el paso. Como estudiante externo, esto no representa ningún problema, pues con sólo presentar una identficación y explicar el motivo de tu visita te dejan pasar. Este año no. "Hubo prbolemas en la mañana", dijo el encargado de seguridad, "en la mañana vinieron de los bachilleres a hacer pleito". Según nos dijo, el asunto terminó en golpes, de modo que a las cuatro de la tarde, cuando llegamos, había cinco vigilantes, más él, custodiando la entrada.
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. Fue triste romper con una tradición que con este año habría sido el cuarto año que se continúa, pero fue indignante saber la razón. Personas externas, ajenas al CCH llegaron para hacer su desmadre ¿Por qué? ¿Qué los motiva, qué sienten?
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. El plantel Oriente del Colegio de Ciencias y Humanidades se ha caracterizado por el libre acceso a sus instalaciones, pues posee la mejor biblioteca de la zona oriente de la capital del país, la cual atiende a estudiantes de secundaria, bachillerato y universdad, e incluso está mejor surtida que las bibliotecas de muchas facultades. En el colegio se imparten cursos de regularización, de preparación para el examen de admisión al bachillerato, talleres de teatro, danza, música, producción de cortometrajes, apreciación cinematográfica, periodismo, náhuatl... en los que también pueden inscribirse externos. El CCH es parte de una Universidad, por lo que en su filosofía se encuentra mantener sus puertas abiertas.
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. Entonces llegan estos cabrones (diría un profe mío "disculpen mi francés") a violentar el lugar. A arrojar más leña a la mala reputación que tiene el colegio, a poner a todos los externos que visitamos el plantel bajo una luz de violencia y vandalismo. ¿Por qué, con qué derecho? ¡Y encima de todo en Día de Muertos! El CCH, como toda la ciudad, está de fiesta, y por la mañana prepara los altares, los espectáculos y los bailes que se presentarán por la noche, y llegan esta gente, sin ningún respeto ni por las personas, ni por las tradiciones y ya no se diga por los difuntos o por la educación, a demostrar por qué figuramos en los últimos lugares en materia educativa en el mundo.
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. Creo que toca al CCH demostrar que, a pesar de todo y aunque pida credencial en la entrada, sigue siendo parte de una Universidad y conserve sus puertas abiertas, pues no sólo los porros y vándalos tienen interés en cruzarlas.
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. En fin, es Día de Muertos, no dejemos que esto nos amargue la celebración. Con un poco de suerte, algún espíritu cecehachero irá a jalarle a esos tipos las patas. ¡Feliz día!

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