¿Quién tiene la razón?

El viernes pasado compañeros y yo del 5°semestre de ciencias de la comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM trabajábamos en un stop motion (técnica de animación por fotografías) en la mesa ubicada detrás del edificio E (edificio de las coordinaciones), cuando el Dr. Iván Zavala Echevarría, profesor de la misma facultad, nos invitó a retirarnos del lugar bajo el argumento que aquél no era un espacio de trabajo, además el ruido provocado le impedía impartir su clase y finalmente sentenció que no se iría del lugar hasta vernos desalojar el sitio.

. Nosotros, al considerar que hacíamos un uso correcto de los espacios comunes y áreas verdes de la facultad, nos negamos a cumplir la petición del catedrático. Fue ahí cuando empezó la disputa.

Contábamos con cámaras y decidimos grabar el incidente, el Doctor, en su legítimo derecho, decidió hacer lo mismo. El primer argumento fue: “estas mesas las puso Fernando Pérez Correa, exdirector de esta facultad, para combatir a los estudiantes que luchaban por cosas académicas”. Y continuó: “las mesas fueron puestas porque alumnos como ustedes dijeron ¡No! Lo que queremos es hacer desmadre y aquí se hizo desmadre, como el que ustedes estaban haciendo”.

. Lo que queríamos eran razones lógicas del porqué desalojar el área y en cambio obtuvimos argumentos prepotentes y autoritarios. “Ustedes tienen mucho que investigar, investiguen quién es Iván Zavala”. El profesor señaló a algunos compañeros como “provocadores”, tal situación nos causó gracia, pues era él quien no nos permitía hablar, era él quien levantaba la voz. Incluso después de la risa de un compañero comentó, cámara en mano, lo siguiente: “ríete compañero que tienes una risa como de pequeño policía enviado a esta facultad”.

. Mis compañeros y yo trabajábamos con dos cámaras fotográficas, una maqueta (escenario principal del stop motion), material de ambientación para los diferentes escenarios y un celular con pequeñas bocinas con el que escuchábamos música. Uno de nosotros preguntó varias veces al Dr. Zavala: “cuál es la causa de su molestia: La música, Las maquetas” En todo caso, podíamos haber apagado la música (cuyo volumen era mínimo) y seguir trabajando. El profesor nuevamente con tono arrogante dijo: “parece que no piensas compañero, has hecho seis veces la misma pregunta (a ninguna de ellas dio respuesta)”, y agregó, “yo qué culpa tengo del cerebro que tú tienes compañero”.

. La discusión siguió y la gente se fue reuniendo entorno a ella. El profesor, quien en un principio pedía silencio para dar su cátedra, debido a la negativa de diálogo, provocaba un ruido mayor al nuestro mientras trabajábamos. ¡Qué ironía!

. Cansados de una discusión sin sentido, se recurrió al apoyo de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles. El secretario Carlos Bravo hizo saber al profesor que teníamos la autorización para usar el espacio, a lo que el Doctor, fuera de toda lógica contestó: “vean cómo la autoridad los está apoyando, porque como yo sospechaba la autoridad los envió aquí para provocarme “. El colmo llegó cuando unos minutos después agregó: “al secretario de asuntos estudiantiles de la Facultad de Ciencias Políticas, los directores lo ponen para dos cosas, primero para reprimir estudiantes y dignos educadores y segundo para provocar, para matar estudiantes. Yo nunca miento. Yo nunca miento.”

. Por más que el Dr. Iván Zavala tenga dos doctorados, ocho libros, más de veinte artículos y ser considerado el autor intelectual de la huelga de 1999, nada le da derecho a gritar y faltar el respeto a los alumnos como lo hizo. Él que tanto ha peleado por la libertad y la igualdad, contrario a lo que dice defender y abusando de su status, intentó privar el derecho que tenemos como universitarios de hacer un uso adecuado de las áreas comunes.